La presencia de tus abejas en la ciudad puede ser una molestia para los demás. Asegúrate de tomar todas las precauciones posibles. Te muestro algunas recomendaciones.

Si eres asiduo de este blog, sabes que no soy partidario de la apicultura urbana.
A pesar de que me encataría hacerla, pesan más los inconvenientes de tener abejas en la ciudad que las ventajas que puede suponer hacer apicultura urbana.
Pero es probable que con el auge y boom de la apicultura urbana en el mundo tú te hayas animado también a ella, a pesar de estar prohibida en España por la ley.
Si es así, toma todas las precauciones posibles y algunas más.
Estas recomendaciones son aplicables a todas las situaciones en las que haya vivendas habitadas en las cercanías de tu colmenar, aunque no sea dentro de una ciudad.
Hacer apicultura con vecinos en las proximidades siempre entrañará un riesgo de picaduras y molestias a los vecinos difíciles de evitar, pero debe intentarse.
Recomendaciones.
- Cuanto menor sea el número de colmenas, mejor. Dos es el número máximo recomendado por algunas asociaciones de apicultores urbanos en otros países.
- Ubícalas en soportes independientes, y con una separación de al menos 2 metros una de la otra, y siempre expuestas a la acción directa del sol, nunca a la sombra.
- Asegúrate de que su trayectoria de vuelo hacia o desde la piquera al campo no atraviesa ningún camino transitado, zona de juego de niños, etc. Si es necesario, ubica delante de las colmenas una valla de al menos 2 metros de altura para hacer que tus abejas levanten el vuelo por encima de esa altura.
- Controla que las colmenas estén ubicadas en una zona cercada o que sea inaccesible a cualquier persona que no seas tú. Si las colmenas pueden ocultarse a la vista de los demás, mejor, evitando visitas de curiosos o vándalos inesperados.
- Evita instalar las colmenas en las proximidades de una piscina.
- Mantén junto a las colmenas un suministro de agua consante a lo largo de todo el año, asegurándote de que el bebedero no queda sin agua en ningún momento. Una vez que las abejas vayan a beber a otro sitio, será difícil reconducirlas a tu abrevadero.
- Añade cloro al bebedero (unas gotas de lejía), las abejas se sienten atraído por él.
- Aunque difícil de aplicar desde el punto de vista práctico, evita utilizar razas, así como abejas o colmenas, con elevado comportamiento defensivo.
- En cuanto al manejo, observa algunas de estas normas:
- Realiza sólo las manipulaciones imprescindibles, evitando aquellas que únicamente haces por la “simple curiosidad” de ver a tus abejas.
- Utiliza siempre ahumador y realízalas sin dar golpes o realizar movimientos bruscos, aunque deben llevarse a cabo lo más rápidamente posible.
- Evita manipular las colmenas con personas o vecinos en las proximidades. Busca los días y horas en que haya me- nos probabilidades de que aparezcan por la zona de influencia de las colmenas.
- Evita los días nublados o con mal tiempo, y elige siempre días de buen tiempo y a ser posible con floración y entra- da de néctar. Mejor a media mañana, cuando gran cantidad de obreras se encuentran pecoreando y no están en la col- mena.
- Mantén el entorno de tus colmenas limpio de restos de panales, colmenas viejas o cualquier otra cosa que pueda atraer a otras abejas o desencadenar episodios de pillaje.
- Trata de evitar que tus abejas enjambren; no sólo tus vecinos te lo agradecerán, también tu cosecha de miel. Para ello, asegura espacio suficiente para la puesta de la reina, mediante la adición a tiempo de alzas y panales vacíos, asegurando también una buena ventilación para tus colmenas. En caso de no ser posible esta operación, divide tu colmena antes de que enjambre.
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